¿La inteligencia artificial reemplazará a los traductores?

La respuesta corta:

NO

La respuesta larga:

Aunque existen traductores automáticos capaces de desempeñarse muy bien con textos sencillos, realmente considero que es muy difícil que algún robot o computador pueda reemplazar a la inteligencia humana. Y ni siquiera añado “por los momentos”, como haría cualquier redactor precavido. Me atrevo a afirmar que la IA nunca reemplazará a la inteligencia humana por las siguientes razones:

1. El lenguaje humano es una habilidad única de nuestra especie. De hecho, es aquello que nos separa de los animales, y es algo que no es fijo y estático. Todos los seres humanos nacemos con la capacidad para adquirir y desarrollar el lenguaje, pero todos los seres humanos adquirimos y desarrollamos el lenguaje de manera individual. Existen diferencias individuales y culturales (a nivel macro y micro). Esto hace que la lengua sea algo vivo que cambia y se transforma constantemente. En pocas palabras, para hacer una buena traducción de los textos producidos por los humanos es necesario contar con al menos otro ser humano. A veces la traducción debe ser asistida por el mismo autor de un texto, puesto que existen textos que se prestan para ambigüedades (como los textos literarios). Por ende, un computador no podrá reemplazarnos a menos que se vuelva humano, y tal idea equivale a pensar en convertirse en Dios, porque tendríamos que ser capaces de darle vida a un objeto para que una computadora sea capaz de entender cómo nosotros los humanos entendemos los textos que producimos.

2. Aún si llegáramos a ser capaces de darle vida a una máquina, sería lógico que lo primero que haríamos es ponerle límites a lo que esa IA pueda hacer y entender. Ya la ciencia ficción nos ha dado una idea de lo qué podría pasar en un mundo donde las máquinas son completamente conscientes y autónomas.

Por estas razones creo que es imposible que los traductores seamos reemplazados nunca. El mayor peligro que corremos no proviene de las máquinas, sino de otros humanos que por hacer un ahorro insignificante prefieren contratar a traductores que no están suficientemente preparados, o prescindir de ellos del todo, lo cual resulta en clásicos de la mala traducción.

La IA ayuda, pero jamás nos reemplazará.

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